Nos gustan los desiertos, los horizontes infinitos y los murmullos de la historia. Nos gusta conducir lento, las carreteras secundarias y las rutas inciertas. Es hora de desaparecer unos días para conocer uno de los parajes más insólitos de España. El desierto de los Monegros, entre Huesca y Zaragoza, es un territorio aún desconocido para muchos a pesar de algunos eventos culturales que lo han reivindicado en los últimos años. Descubrimos una comarca singular en esta ruta del desierto y las cartujas por el centro de Aragón.

De Castelflorite a la Cartuja de los Monegros

Ruta del Desierto de Monegros y las Cartujas
Fuente: Wikipedia

Iniciamos nuestro itinerario en Castelflorite, un pequeño pueblo de Huesca a unos 60 kilómetros al sur de la capital provincial y a unos 90 kilómetros de Zaragoza, en pleno corazón de los Monegros. Con apenas 60 habitantes, en esta localidad empezamos a palpar el apacible ritmo de vida de esta comarca y comenzamos a sumar sorpresas que no aparecen en el libro de ruta.

Sabíamos que en Castelflorite había una iglesia románica —San Miguel Arcángel— reformada en el XVI y que la Ruta del Saso es uno de los mejores paseos para los amantes del senderismo, pero no que en este pueblo existe el Club de Vuelo Pasajeros del Viento: un curioso grupo que nace para difundir la pasión por el vuelo. Y es que los Monegros desde al aire es otra experiencia que hay que probar.

A unos 10 kilómetros al sur de Castelflorite hay parada obligada en el Monasterio de Santa María de Sigena fundado a finales del siglo XII por Sancha de Castilla, reina consorte de Alfonso II de Aragón. A pesar de que del antiguo monasterio solo se conserva la iglesia y parte del claustro, el conjunto sigue siendo un testimonio sugerente de la arquitectura medieval que podemos apreciar, sobre todo, en la impactante portada abocinada con sus catorce arquivoltas.

Ruta del Desierto de Monegros y las Cartujas
Restos del Monasterio de Santa María de Sigena. Fuente: Wikipedia

A un paso del monasterio, encontramos Villanueva de Sigena, un pueblo popular por haber visto nacer a Miguel Servet, uno de los pioneros pensadores españoles que investigó numerosas ramas de la ciencia y que fue ejecutado por orden de Calvino en Ginebra.

Si seguimos en dirección sur nos encontramos con el entorno en el que se celebró durante muchos años el famoso Monegros Desert Festival, un festival de música electrónica organizado por los gestores de la mítica Florida 135.

Así mismo, cerca también de Villanueva de Sigena se ubica la denominada Ruta Jubierre, uno de los itinerarios más reveladores de la comarca de los Monegros: una pista de tierra que recorren estas badlands y desde la que se puede observar algunos de los colosos pétreos más significativos del desierto como el Tozal de la Cobeta o el Tozal Solitario. Imperdible.

Ruta del Desierto de Monegros y las Cartujas
Fuente: Flickr

Y tras el desierto, un oasis: nos dirigimos un poco más al norte para conocer Sariñena, la capital de la comarca de los Monegros. Sus más de 4.000 habitantes la convierten en una de las localidades más pobladas de la zona. Y claro, hay truco: Sariñena es un vergel en el desierto cercano la Laguna de los grandes humedales de Aragón que ofrece una estampa de contrastes entre la zona ribereña del río Alcanadre y los sasos (mesetas) más áridos.

A una media hora al oeste de Sariñena nos encontramos con las primeras cartujas de nuestro viaje. La Orden de los Cartujos es una agrupación religiosa fundada en el siglo XI por el alemán Bruno de Colonia que abogaba por la austeridad, la contemplación y el rigor en el respecto de las normas morales. España fue uno de los países en los que más profundamente arraigó esta orden.

La Cartuja de Nuestra Señora de las Fuentes, también conocida como la Cartuja de Monegros, es uno de los mejores testimonios de la presencia de la orden en territorio aragonés siendo el primer monasterio cartujano de la región. Aunque el conjunto original fue iniciado en el siglo XVI, la construcción actual data del siglo XVIII. Su estilo arquitectónico sintetiza los matices de la orden: sencillez, falta de ornamentación y pureza volumétrica. No obstante, en el interior, el aspecto es mucho más vivo gracias las pinturas murales de fray Manuel Bayeu, cuñado de Goya que fue monje del monasterio.

De Monegrillo a la Cartuja de Aula Dei

Ruta del Desierto de Monegros y las Cartujas
Fuente: Wikipedia

Hace ya casi 30 años que Monegrillo y su entorno, ya en la provincia de Zaragoza, fueron escenario de una de las películas más recordadas del cine español de los 90. Con varias secuencias que han prendido en el imaginario colectivo, Bigas Luna fue capaz de poner en el mapa este ‘mar de tierra’ desconocido por entonces para buena parte de los espectadores. Javier Bardem y Penélope Cruz, que por entonces tan solo tenían 23 y 18 años, respectivamente, protagonizaron aquel drama erótico-castizo titulado Jamón, jamón. Una ruta que parte de Monegrillo recorre algunos de los enclaves más famosos de la película.

A menos de 10 kilómetros de Monegrillo llegamos a Farlete, otra pequeña localidad de no más de 400 habitantes en la que destaca el eremitorio de San Caprasio, en lo alto de la Sierra de Alcubierre, otro punto destacado para presenciar la belleza salvaje de esta zona de Aragón.

Y seguimos en tierra de cine por la A-1104 en dirección oeste, una de las carreteras más cinematográficas de España gracias a ese paisaje agreste que tanto seduce a la pantalla. Ya cerca de la capital regional hacemos parada en Villamayor de Gállego donde disfrutaremos de la ermita de la Virgen del Pueyo o de la Torre de la iglesia de la Asunción de Nuestra Señora, construcciones que sintetizan las características del estilo mudéjar con gran presencia en esta tierra.

Ruta del Desierto de Monegros y las Cartujas
Cartuja de Aula Dei. Fuente Wikipedia

Y finalizamos nuestra ruta del desierto y las cartujas en la Cartuja de Aula Dei al norte de Zaragoza capital, un monasterio fundado a mediados del XVI y que perteneció a la Orden de los Cartujos hasta hace menos de una década cuando fue traspasado a la Comunidad del Chemin Neuf.

Además de su fantástica arquitectura que combina elementos tardogóticos , renacentistas y hasta rococós —como podemos presenciar en la portada de Ramírez de Arellano de finales del XVIII—, la Cartuja de Aula Dei destaca por contar con decoración del aragonés más famoso de la historia: Goya ejecutó numerosos murales al óleo en uno de sus primeros encargos de relevancia.