La gastronomía española es famosa en el mundo entero. Y no es de extrañar, con los excelentes productos de nuestra tierra y nuestras costas, las recetas tradicionales de cada comunidad autónoma y la fabulosa comida casera y la dieta mediterránea que nos caracterizan.

Sin embargo, todavía hay numerosos manjares que desconciertan a los viajeros extranjeros cuando acuden a visitar nuestro país. Prueba de ello es esta quincena de platos españoles que sorprenden a los turistas. ¿Los has probado todos?

Platos españoles que sorprenden a los turistas

Angulas y gulas

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Angulas/Foto: Depositphotos

Las angulas son uno de los platos que más asombran a los turistas cuando visitan España. Se trata de los alevines del pez anguila, el único que la legislación permite pescar en nuestro país. Se trata de un pescado caro, que en Navidad alcanza unos precios desorbitados. A la hora de prepararlo, la forma más tradicional es hacerlo salteado con ajo y guindilla. Y de hecho, debido a que no es apto para todos los bolsillos, se suelen comprar las gulas son más económicas como sustitutivo y cocinarlas de igual forma. No obstante, las gulas se elaboran a partir del surimi de distintos tipos de pescado. El sabor no es el mismo, pero sí similar.

En todo caso, las unas y las otras desconciertan a los extranjeros cuando las ven en la mesa, aunque en el momento de probarlas se sorprenden ante su intenso y exquisito sabor. Los mejores lugares para degustarlas son Cantabria y el País Vasco.

Pulpo a la gallega

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El pulpo á feira, también conocido como pulpo a la gallega, es uno de los platos típicos de Galicia más famoso en el mundo entero, pero todavía asombra a más de un turista que se acerca a la comunidad y no lo conoce. Verlo preparando en los grandes calderos a fuego vivo en las ferias es todo un espectáculo.

Los pulpos gallegos son escasos y tienen un sabor inconfundible gracias a los alimentos que comen en las rías, desde marisco hasta peces de pequeño tamaño. Si quieres degustarlo, ten en cuenta que es uno de los platos más típicos de localidades como Mugardos, Muros, Arousa y Bueu, aunque puedes probarlo en toda Galicia; siendo las regiones de O Carballiño, Lugo y Melide algunas de las más emblemáticas para comerlo en sus ferias y fiestas gastronómicas o patronales. La Festa do Polbo y el San Froilán son dos de ellas.

Callos a la madrileña

callos a la madrileña
Wikimedia/Javier Lastras CC BY 2.0

Toda la casquería sorprende a los turistas cuando acuden a los restaurantes de nuestro país, pero incluso aquella que a nosotros nos puede parecer menos evidente como los sabrosos callos a la madrileña les causan estupor. Cierto es que se trata de las tripas y el estómago del animal, en lo que respecta a sus partes comestibles, pero en boca es una comida deliciosa, guisada con verduras hasta conseguir esa textura gelatinosa que la caracteriza. Un clásico en muchas casas españolas.

Lamprea en su propia sangre

lamprea
www.concellodearbo.es

La lamprea es conocida como el pez vampiro y es el protagonista de la gastronomía gallega en Arbo, en la provincia de Pontevedra, donde se captura en las aguas del río Miño. Su aspecto resulta increíble, un animal que es un vestigio de una época anterior a la de los dinosaurios. Si su visión puede resultar espeluznante, la forma en la que se cocina desconcierta por completo a los turistas: cocida en su propia sangre. No obstante, hay otras elaboraciones menos llamativas, como a la brasa, rellena, en empanada o con fideos.

Cada año en Arbo se celebra una de las fiestas gastronómicas más populares de Galicia: la Fiesta de la Lamprea, catalogada como Fiesta de Interés Turístico Nacional.

Calçots

Calçots
Wikimedia/Laia CC BY 2.0

Pero los viajeros no solo se sorprenden con algunos de nuestros platos en los que carnes, mariscos o pescados son los ingredientes estrella, pues con los vegetales puede suceder lo mismo. Así ocurre con los calçots. Estas cebollas blancas que reciben un cuidado y cultivo especial para que crezcan con esa característica forma alargada son uno de los platos más populares de la gastronomía de Cataluña, sobre todo, en algunas regiones de Tarragona.

La temporada de consumo transcurre entre los meses de noviembre y de abril. La forma clásica de preparación es cocinarlos asados sobre fuego con llamas. Cuando están listos, se los envuelve en papel de periódico hasta que se consumen. Lo típico es servirlos junto a una salsa romesco, también denominada la Salvichada. En torno a este manjar también se organizan numerosos eventos gastronómicos, como la Gran Fiesta de la Calçotada de Valls, que se celebra el último domingo de enero.

Orejas de cerdo

En la Comunidad de Madrid, la oreja a la plancha, también denominada simplemente oreja de cerdo, es un plato típico que sorprende a los viajeros extranjeros. De nuevo, la casquería los deja boquiabiertos, y algunos ni siquiera se atreven a probarlo.

La preparación de la oreja es diversa, aunque las dos formas más frecuentes son a la plancha o guisada. La primera, preparada al ajillo o adobada en pimentón, es la que más demanda tiene en los restaurantes y en los bares de tapas, puesto que su textura hace que sea más del agrado de todos los paladares. Si quieres degustarla en sus elaboraciones más tradicionales o en las más modernas y vanguardistas, lo mejor es que lo hagas en la capital del país. Es uno de los platos típicos que encontrarás en casi todas las cartas y menús de Madrid.

Percebes

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Pixabay

Los percebes son otro de esos productos gallegos del mar que desconciertan a los turistas. De hecho, al principio, pueden mostrarse reticentes a probarlos, pero cuando lo hacen, los comen con una avidez tal que poco tiempo duran en el plato. Algo lógico, teniendo en cuenta el intenso sabor y la sencillez de su preparación.

Estos crustáceos son muy difíciles de capturar, por lo que su precio es elevado, y puedes probarlos en bares y restaurantes de toda la comunidad gallega, aunque los mejores los encontrarás en las rías. De hecho, cada gallego te dirá que los mejores son de tal o cual zona y hay auténticos debates al respecto, pero todos están de acuerdo en que hay dos lugares de Galicia donde son un manjar especialmente increíble: A Costa da Morte y Cedeira. Degustar los percebes en alguno de los restaurantes de sus rías es un lujo que, si tienes ocasión, no puedes perderte.

Cachopo

Cachopo

El cachopo es uno de los platos más conocidos de la cocina asturiana en España. Sin embargo, no todos los extranjeros que se acercan a esta hermosa tierra a orillas del Cantábrico han oído hablar de él y, cuando lo descubren, se sorprenden por su tamaño y su consistencia. Y es que pocos filetes hay tan contundentes como este.

El cachopo está elaborado con dos filetes de ternera entre los que se introduce queso y jamón serrano en su versión más clásica, aunque encontrarás distintas formas de prepararlo si vas por unos u otros pueblos de Asturias, donde pueden introducir otros ingredientes en este peculiar emparedado. Luego, se empanan con huevo, harina y pan rallado, y se fríen en la sartén. El plato se hizo popular allá por la década de los 70 y, en la actualidad, son numerosas las fiestas y concursos gastronómicos donde es el protagonista.

Rabo de toro

Rabo de toro
Wikimedia/LWY CC BY 2.0

De nuevo la casquería es el centro de atención de otro de los platos típicos españoles que desconciertan a los turistas. En esta ocasión nos referimos al rabo de toro. Se trata de una de las elaboraciones más representativas de la cocina cordobesa: un guiso estofado de la cola del toro que resulta tierna y jugosa tal y como se la prepara. La receta proviene de tiempos de los romanos. De hecho, el autor Marcus Gavius Apicius lo incluye en De re coquinaria, un tratado gastronómico que ha llegado en parte hasta nosotros.

Migas

migas de pastor
Turismo Castilla-La Mancha

Las migas son otro de esos platos que sorprenden a los turistas y que, cuando lo prueban, comprenden por qué a nosotros nos gustan tanto. Esta receta típica de la gastronomía española es propia del centro y el sur del país, por donde la encontrarás en sus distintas variedades, aunque la base de elaboración es común en todas ellas.

Así, las migas de pastor o migas pastoriles son uno de los platos más tradicionales de Castilla-La Mancha y de Castilla y León. Los ingredientes son muy simples: pan duro, ajo, torreznos, chorizo, panceta y pimentón, por lo que se trata de otra receta económica. Pero también puedes probarlas en otras comunidades, donde encontrarás las migas extremeñas o las migas típicas de la zona interior de la provincia de Málaga en Andalucía.

Manitas de cerdo

Otra parte del cerdo que asombra a los turistas que comamos en nuestro país son las populares manitas de cerdo. Este es otro de esos manjares económicos que, si se sabe preparar bien, resulta una auténtica delicia para el paladar. Lo primero es quemar los pelos de las manitas a conciencia para que el rechazo por parte de los comensales no sea absoluto. Y luego solo ha de guisarse en salsa de la forma más tradicional. Perfectas para degustar durante la temporada invernal y combatir el frío, es otro de esos platos que no todos los extranjeros se atreven a probar.

Morteruelo manchego

morteruelo manchego (platos típicos)
Wikimedia/Malopez 21 CC BY-SA 4.0

Otro de los platos tradicionales de Castilla-La Mancha es el morteruelo manchego, típico sobre todo de algunas regiones de la provincia de Cuenca. Sorprende a los turistas por su aspecto pastoso y denso, que puede provocar en principio el rechazo a la hora de probarlo. El morteruelo manchego es un guiso elaborado con pan rallado, hígado y especias, cuya preparación liga los ingredientes hasta tal punto que toman el aspecto de un paté que consigue luego esa textura y resultado final. Se trata de otra de esas recetas contundentes para entrar en calor durante el frío del invierno.

Criadillas

criadillas
Wikimedia/Paul Lowry CC BY 2.0

Si hay un plato que asombra a los turistas vengan de donde vengan son las criadillas. Tanto es así que no todos se atreven a probarlo cuando se enteran de que se trata de testículos de toro, aunque también pueden ser de cordero o de ternero. Con pocas calorías y menos grasas, resultan un alimento rico en minerales, hierro y zinc, aunque con un alto contenido en colesterol, por lo que no debe uno excederse en su consumo. Son muchas las formas de preparar las criadillas a lo largo y ancho del país, aunque las más populares son a la plancha, fritas o empanadas, e incluso las encontrarás como ingrediente principal de algunas tapas de cocina de vanguardia.

Manteca colorá

La manteca colorá es una de las recetas más tradicionales de la gastronomía andaluza, aunque también se prepara en algunas zonas de Extremadura. Es uno de los platos que más sorprende a los turistas por su aspecto y por su contundencia. La manteca colorá se cocina con manteca de cerdo, la cual se mezcla con trozos de carne y pimentón de la Vera. Este último es el que le da ese característico aspecto rojizo. Además, también pueden añadirse algunas especias como el orégano. Los turistas se asombran de que muchos las tomen para desayunar untadas en pan. No todos los estómagos están preparados para ello a primera hora de la mañana, pero si eres de estos, a medida que avanza el día, es un bocado que no puedes dejar de probar.

Pipas

pipas
Pixabay

Las pipas, semillas del girasol, son uno de esos alimentos que se consumen en España de forma adictiva. Desde jóvenes, las tomamos con asiduidad y están presentes en fiestas, celebraciones y todo tipo de festejos. Sin embargo, los extranjeros se quedan desconcertados al ver cómo las comemos. En otros países lo habitual es comprarlas peladas y comerlas así o utilizarlas para cocinar, pero eso de estar como pajaritos abriéndolas con los dientes, suele dejarles más que sorprendidos.