Marruecos es un país lleno de contrastes, donde las montañas, el desierto y el océano Atlántico se unen para ofrecer una experiencia de viaje única. En esta ruta te proponemos descubrir tres destinos que te enamorarán: Marrakech, Essaouira y el desierto. Ahora es tu turno, ¿Estás listo para embarcarte en una aventura inolvidable?

Planificación del viaje: ¿Cómo puedes hacer esta ruta?

Marrakech
Marrakech

Lo primero que tienes que hacer para viajar a Marruecos es decidir cómo vas a realizar esta ruta. Puedes optar por organizar el viaje tú mismo y seleccionar los alojamientos que más te gusten y explorar a tu ritmo los lugares, o confiar en una plataforma como We Road, que te proporciona la comodidad de un viaje planificado donde solo tienes que preocuparte de disfrutar, ya que ellos se encargan de los detalles logísticos de los viajes organizados. Esta opción es perfecta si prefieres un viaje sin estrés, con la seguridad de contar con guías locales y un grupo de compañeros de viaje.

Marrakech, el corazón vibrante de Marruecos

Marrakech, la “Ciudad Roja”, es el punto de partida ideal para esta ruta. Este destino lleno de vida te cautivará desde el primer momento. La medina, un laberinto de calles estrechas y bulliciosas, es el alma de la ciudad. Aquí encontrarás el famoso zoco, donde se venden desde especias y textiles hasta artesanías y joyas. Perderse en el zoco es una experiencia sensorial que no te puedes perder.

La plaza Jemaa el-Fna es otro de los puntos clave de Marrakech. Durante el día, es un hervidero de vendedores ambulantes, encantadores de serpientes y artistas callejeros. Al caer la noche, se transforma en un mercado de comida al aire libre, con puestos que ofrecen desde tajines y cuscús hasta dulces marroquíes. La energía y el ambiente de esta plaza te dejarán sin palabras.

No puedes dejar Marrakech sin visitar los jardines Majorelle y el palacio de la Bahía. Los jardines, con sus vibrantes tonos azules y exuberante vegetación, son un oasis de tranquilidad en medio del bullicio de la ciudad. El palacio de la Bahía, con su arquitectura impresionante y sus intrincados mosaicos, te transportará a la época de los sultanes.

Essaouira, la perla del Atlántico

A unas pocas horas en coche desde Marrakech, se encuentra Essaouira, una ciudad costera que combina el encanto de una medina fortificada con la brisa fresca del océano Atlántico. Essaouira te cautiva con su atmósfera relajada y bohemia, lo que la convierte en un destino perfecto para descansar y recargar energías.

El puerto de Essaouira es uno de los lugares más pintorescos de la ciudad. Aquí es donde los pescadores traen su captura del día y los mercados de pescado cobran vida. No te pierdas la oportunidad de probar mariscos frescos en alguno de los restaurantes locales. La medina de Essaouira, con sus calles adoquinadas y sus casas encaladas, es ideal para pasear sin rumbo, descubriendo tiendas de artesanía y galerías de arte.

Una experiencia inolvidable, el desierto

Desierto del Sahara
Desierto del Sahara

El broche de oro de esta ruta es, sin duda, el desierto marroquí. Desde Marrakech, puedes organizar una excursión al desierto de Merzouga, conocido por sus dunas de arena del Sahara. Podrás vivir la experiencia del desierto en todo su esplendor: desde montar en camello al atardecer hasta pasar la noche en un campamento bereber bajo un cielo estrellado.

El contraste entre el calor del día y la frescura de la noche en el desierto es algo que te marcará. Las dunas cambian de color con la luz del sol, creando paisajes que parecen sacados de un sueño. Además, la hospitalidad de los bereberes, que comparten sus costumbres y su modo de vida, añade un componente cultural enriquecedor a la experiencia.

Las actividades en el desierto son variadas: puedes hacer sandboarding, pasear en quad por las dunas o simplemente disfrutar del silencio y la inmensidad del paisaje. La sensación de paz y la conexión con la naturaleza que se experimenta en el desierto son incomparables.