Mudarse a otra ciudad suena como un sueño, pero también puede convertirse en un dolor de cabeza si los números no cuadran. Todo el mundo quiere vivir en un sitio bonito, con buen ambiente, pero sin que el alquiler y el coste de vida se lleven hasta el último euro del bolsillo. Afortunadamente, hay ciudades que, además de ser turísticas y tener de todo, son bastante asequibles. Estos son ocho destinos donde se puede vivir bien sin estar preocupado por el dinero.

1. Medellín, Colombia

Si hay una ciudad en Latinoamérica que lo tiene todo sin costar un ojo de la cara, es Medellín. Conocida como "la ciudad de la eterna primavera" por su clima, tiene una mezcla perfecta entre modernidad y tradición.

El transporte es barato, la comida está deliciosa y es económica, y alquilar un apartamento cuesta bastante menos que en muchas capitales europeas. Además, la gente es increíblemente amable, y hay planes para todos los gustos; desde naturaleza hasta vida nocturna.

2. Madrid, España

Madrid es una ciudad llena de vida y con un ambiente único. Aunque tiene fama de ser cara, la realidad es que, con un poco de maña, se pueden encontrar barrios y opciones asequibles.

Hay bares donde se come por un par de euros, parques espectaculares, y siempre hay planes gratis o a buen precio. Para quienes necesitan un poco de espacio extra al mudarse, una opción útil es encontrar su alquiler de trastero con HOMEBOX, perfecto para guardar cosas mientras se organiza la nueva vida en la capital.

3. Oporto, Portugal

Oporto es como Lisboa, pero sin los precios desorbitados ni la avalancha de turistas en cada esquina. Se come bien y barato, el clima es agradable y la ciudad tiene ese aire nostálgico que la hace única.

Aunque en los últimos años los precios han subido un poco, sigue siendo una opción bastante asequible para vivir en Europa. Además, está llena de pequeños bares donde un buen vino de Oporto cuesta menos que una cerveza en otras ciudades más caras.

4. Chiang Mai, Tailandia

Para quienes buscan un cambio radical y una vida más tranquila, Chiang Mai es la respuesta. Esta ciudad tailandesa tiene todo lo bueno del sudeste asiático sin el caos de Bangkok.

Alquilar un apartamento puede costar menos que una cena en Londres, la comida callejera es tan rica como económica y el ritmo de vida es relajado. Además, está llena de expatriados y nómadas digitales que aprovechan la buena conexión a internet y los bajos precios para quedarse durante largas temporadas.

5. Cracovia, Polonia

Cracovia es una joya escondida en Europa. Tiene un casco histórico de postal, una vida cultural intensa y, lo mejor de todo, un coste de vida mucho más bajo que en otras ciudades europeas.

La comida polaca es barata, el transporte público es eficiente y, para quienes les gusta la vida nocturna, hay bares y clubes con precios bajos. Es el sitio ideal para quienes buscan una ciudad europea sin los alquileres disparatados de París o Berlín.

6. Ho Chi Minh, Vietnam

Ho Chi Minh es una ciudad para quienes aman el ritmo frenético pero no quieren dejarse todo el sueldo en alquiler y comida. Aquí se puede comer por menos de dos euros, alquilar un apartamento sin vender un riñón y moverse por la ciudad en moto como un auténtico local. La mezcla de modernidad y tradición hace que siempre haya algo que ver y hacer, y la comunidad de expatriados es enorme.

7. Sofía, Bulgaria

Sofía no suele estar en la lista de destinos turísticos más famosos, pero quienes la descubren se quedan encantados. Es de las capitales más asequibles de Europa, con alquileres bajos, transporte barato y una gastronomía deliciosa sin precios abusivos. Además, la ciudad está rodeada de montañas, así que puedes disfrutar del senderismo y la naturaleza.

8. Ciudad de México, México

Ciudad de México es una de las mejores metrópolis del mundo, pero lo mejor es que vivir aquí no es tan caro como en otras grandes capitales. La comida es increíble y súper asequible, el transporte público cuesta casi nada y hay barrios donde se puede encontrar alquiler a buen precio sin estar a dos horas del centro. Además, la vida cultural es una locura; desde museos hasta conciertos y mercados llenos de vida, siempre hay algo que hacer sin que el bolsillo sufra.