Los alrededores de Jávea, donde se sitúa Ritual de Terra, están alfombrados por almendros en flor y les ampara el pico mitológico del Parque Natural del Macizo del Montgó. Monte de 750 metros de altura, omnipresente y polifacético que, según por donde asome, parece un elefante tumbado, o rememora la leyenda de los amantes petrificados Akal y Lalahama.
Exuberante vegetación rodea el resort de eco-lujo Ritual de Terra, cercano a las playas del Arenal y Cala Blanca, en las que el Mediterráneo, vestido de primavera, acentúa el azul de su cielo y su mar. Puertas adentro, los muebles rústicos, el blanco de las paredes y las muchas plantas y flores, hacen honor al nombre del resort y un ritual de bienestar envuelve al huésped.
Sensación que irá en aumento al disfrutar de la piscina climatizada, la sauna, el baño de vapor, o los masajes personalizados de Tamara Ruiz, quien aboga por la firma de cosmética natural y ecológica, Ayuna. O simplemente, leyendo un libro en la terraza con vistas.
Restaurante MADRE o el arte culinario de Nazario Cano
El nuevo director gastronómico de Ritual de Terra, no es otro que el prestigioso chef, estrella Michelin, Nazario Cano, que vuelve a su tierra.
“La tierra siempre tira y quiero hacer brillar la belleza culinaria de la Marina Alta”
Dice Nazario, abriendo esa sonrisa que le caracteriza, cálida y en cierto modo tímida, sin el menor vestigio de alarde de quien es un autentico sabio gastronómico. Muestra de ello son los manjares mediterráneos que se van sucediendo por la mesa del comedor MADRE, radiante de luz, y con vistas esplendorosas.
Salen los estacionales mosquitos de mar, deliciosos y diminutos crustáceos de la familia de las cigalas, fritos en aceite de oliva. Entre los aperitivos, en los que no falta el pan con tomate, alioli y un aceite de oliva que ha preparado el propio Nazario, destacan los buñuelos de bacalao con alioli y la ensalada con tomate de la huerta, que sabe a tomate de verdad y que el chef acompaña con brócoli frito y tiras de bacalao, secadas en las barcas, al aire de la brisa marina, sobre salmorejo picante.
El plato fuerte es un arroz con salmonete de roca, al que le brilla la piel y los ojos, cocinado, al igual que lo había su padre, con caldo de barca hecho de la morralla de mar y ñoras y el grano de arroz por excelencia, J. Sendra. La tarta de manzana con helado de mantecado o el patisset, obleas rellenas de crema de turrón y queso, son el dulce final a una comida sin igual. Sin obviar las 50 referencias con D.O. de la Comunidad Valenciana de la bodega que dirige la mano derecha de Nazario, la sumiller Edurne Martín.
Antes de dar por terminada la comida, Nazario habla sobre el nuevo restaurante de la vecina Moraria, que lleva su nombre y se inauguró el año pasado con la apertura del segundo hotel de la marca.
Jávea, histórica y marinera
No se puede abandonar la zona sin echarle un vistazo a Jávea y sus tres diferentes áreas. Está la de las calas, tesoros escondidos como la de Portixol y la Granadella. El puerto, a donde llegan los pesqueros para vender su botín en la Lonja, y el Arenal , lleno de vida, tiendas, restaurantes y bares,
Y está el casco histórico de la villa, con el mercado de abastos, lugar ideal para picotear y comprar buen pescado y hortalizas, la capilla de Santa Ana y la parroquia de San Bartolomé, un ineludible, al igual que el Museo Arqueológico y Etnológico. Punto álgido de la excursión es subir al faro del Cabo de la Nao para contemplar el bello perfil de la costa.
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